Desde el primer instante en el que esta guarrita latina nos ofreció en la calle una mamada, supimos que se trataba de una novata dispuesta a todo por unas monedas y con la cuál podíamos montarnos una buena fiesta. Al principio se la ve tímida, pero se nota en sus ojitos el hambre a polla y el deseo de una salvaje cabalgata.
12 noviembre 2008
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